Fue la llegada del café desde Yemen hasta el Imperio Otomano que todo cambió en occidente. Fue allí en Turquía donde se popularizó la bebida y se expandió para el resto de Europa. Cuenta la historia que dentro del palácio otomano se inventó una nueva forma de preparar el café, conocida hoy como café turco.
Esta forma de hacer café tiene algunas características que lo distinguen de otras variedades y las más importantes son la molienda de los granos, el cezve usado para preparar el café y la espuma formada durante la preparación.
Preparación
- Molienda: Bien Fina
- Cantidad de café: 10g (una cucharada) por taza, este es un standard pero puedes ajustarlo conforme tu gusto. Te recomendamos utilizar nuestra línea de café de Villa Rica.
Lo primero que se debe hacer será medir el agua con la taza que vamos a usar después para tomar el café -una taza por cada café- y echarla dentro del cezve, junto con una cucharada rasa de café bien molido. Ponemos el cezve a fuego medio para llevarlo a ebullición y añadimos entonces azúcar al gusto
En el momento en que parece que va a empezar a hervir el agua con café dentro del cezve, retiramos del fuego y repartimos la espuma resultante en las distintas tazas. A continuación, volvemos a poner el cezve a fuego bajo para que vuelva a hervir.
Antes de servir el café turco, añadimos una cucharada de agua bien fría en las tazas para así asentar la borra en el fondo. Seguidamente, ya podrás verter el café del cezve a la taza sin filtrarlo.
Aromatización
En muchos países el café a la turca se aromatiza con especias, como el cardamomo y la canela. Para probar el café en este estilo es suficiente con añadir las especias molidas muy finas.